Crónica del concierto en The Dubliners Irish Pub.

22.05.2013 12:33

 Mucho hemos tenido que esperar para poder disfrutar en directo a Wanna Funk en la capital vizcaína Y es que, parece que el conjunto bilbaino tenía miedo de que se cumpliera el popular dicho de que "nadie es profeta en su tierra".Tras su primer trabajo publicado a finales del 2012 "Boston-Bilbao", dio comienzo la gira de presentación por locales que abarcan toda la geografía vasca donde, a la ciudad que les vio nacer, parecía que no le iba a llegar nunca su turno. El lugar escogido esta vez fue el The Dubliners Irish Pub, muy adecuado para disfrutar de música en directo degustando una buena pinta de cerveza.  Así que la noche prometía.


 

No hubo que esperar mucho y al filo de la hora indicada, todos los presentes que abarrotaban el aforo dirigieron su mirada hacia el escenario, al tiempo que Alex comenzaba con los primeros compases a la batería. Poco a poco se fueron sumando el resto de la banda, hasta que arrancó con fuerza la Intro y Wanna Funk, momento en el cual las primeras filas empezaron a moverse, aunque intentando dosificar las fuerzas para unos ritmos que anunciaban un concierto sin tregua. Entonces llegó el momento de Locked Tight, la que con toda seguridad está llamada a ser uno de los hits más frescos y marchosos del año. Todos los presentes dejaron a un lado cualquier tipo de reparos y se lanzaron a mover el cuerpo al compás que marcaban los salvages ritmos de saxo, magistralmente interpretados por un desatado Justin

 

  Conocedores del exigente comienzo elegido para este concierto, quisieron premiar a los asistentes con un momento de respiro, aprovechando para hacer las presentaciones y dar la bienvenida a los allí congregados. Pero la pausa duró poco y volvieron a la carga de nuevo con Wall Street, dejando bien claro con su letra lo que piensan del difícil momento en que vivimos, rodeados de banqueros sin escrúpulos y faltos de corazón.

 

A partir de ahí se sucedieron las canciones Push Me Back y Wasted Away, quizá los temas más melódicos y técnicos a los que ya nos tienen acostumbrados, con un derroche de escalas jazzeras de bajo por parte de Aitor, que hicieron las delicias de los presentes. Pero el momento de tranquilidad pareció ser un mero espejismo, ya que entonces apareció Raquel dando buena cuenta de una batería de sonidos programados, anunciando la inminente llegada del temazo Super Mario, momento en que se desató la locura.

 

Sin apenas tiempo para coger aire, se embarcaron en una meteórica recta final, donde no faltaron temas como Gimme Some Lemon o Light Something On Fire, donde la banda terminó echando toda la carne en el asador con unos potentísimos riffs a cargo de un solvente y no menos comedido Txispi.



 

Pero todo lo bueno tiene que llegar a su fin y para la ocasión nos tenían preparada una última   sorpresa. Long Train fue la versión elegida para terminar con una velada llena de puro Funky Rock y una magistral puesta en escena, que hicieron a los allí congregados romper en una   sonora y merecida ovación Aún así, nadie tenía ganas de marcharse a sus casas, por lo que  todavía nos deleitaron con un par de vises, en versión extendida, donde se produjo la anécdota graciosa de la noche. Justo cuando llegaba el momento en que Garry atacaba con un soberbio y  desatado solo de guitarra, uno de los cables de la pedalera se soltó y su guitarra enmudeció de súbito. Momento de nervios y confusión, que el de Gernika decidió resolver llevando al límite a unas ya sufridas 6 cuerdas. ¿No querías caldo? Pues toma 2 tazas!!